Juan Carlos Vargas “respeto y disciplina” gracias al deporte

Wednesday, September 2, 2020 :: 2:00 PM
SAN SALVADOR, El Salvador 2 de septiembre de 2020.- Juan Carlos Vargas Claros, seleccionado nacional de voleibol de El Salvador, viene de una familia deportiva por lo que el respeto y la disciplina ha sido su filosofía de vida.

Juan Carlos inició desde pequeño a practicar artes marciales siendo hijo del destacado judoca y quien representara a El Salvador en tres Juegos Olímpicos, el Dr. Juan Carlos Vargas, “desde que tengo memoria tengo la idea de tener un “judogi” (uniforme para practicar judo); fui criado felizmente en la filosofía y disciplina de este arte marcial hasta mis quince años, incluso competí a nivel nacional teniendo regulares resultados.

Juan Carlos destaca lo que aprendió de las artes marciales, “muchísimas cualidades que marcarían mi vida personal y deportiva, como el respeto hacia los demás (desde el rival hasta el profesor), disciplina, atención al detalle y habilidades físicas que con los años al introducirme al voleibol me han servido sobremanera”.

El voleibol llegó a su vida en el colegio, siendo una persona curiosa y amante de las capacidades motrices, le llamó mucho la atención un deporte que trataba de no dejar caer la pelota “me atrajo entre los 14 y 15 años de edad; descubrí el voleibol y les pedí permiso a mis papás para practicarlo después del colegio”.

Cuando le dieron luz verde, Juan Carlos inició a entrenar con Erick Hernández, quien le enseñó las bases de este deporte en el Liceo Salvadoreño, “durante le época colegial jugué en la posición de “central”, mis dos últimos años perdí la final contra el equipo en ese tiempo más fuerte, pues tenía a todos sus jugadores como seleccionados nacionales juveniles y fue mi entrenador en ese tiempo que me motivó a llegar a entrenar a la Federación”.

Juan Carlos ganó la medalla de oro para El Salvador en los Juegos de CODICADER de San José en 2009, además obtuvo medalla de bronce en JEDECAC Puebla 2009 y bronce en el Campeonato Centroamericano Juvenil 2009.

Aun con 17 años, el entrenador cubano Juan Andrés León a cargo de la selección mayor de El Salvador lo cambió de posición, “recuerdo muy bien en un calentamiento sobre la red, yo atacaba y repentinamente me puso a armar, me separó del grupo y me dijo – Juanito, olvídate de ser central, a partir de mañana tú serás armador-; y desde ese día hasta la fecha, así ha sido. Es una posición que disfruto ejecutar”.

En 2012 se jugó en El Salvador la primera ronda de clasificación al mundial de la FIVB, con la participación de 4 países y Juan Carlos quedó fuera del equipo, “me sentí muy mal, sentí que había trabajado mucho tiempo para pertenecer al equipo y vestir la bandera de mi país jugando en casa. Entonces me prometí que jamás me volvería a sentir así en mi vida, que trabajaría para mantenerme activo siempre en selección y aportar a mi país. Y desde entonces a la fecha, he servido a  mi país deportivamente en todos los eventos”.

Para Juan Carlos colgarse cualquier medalla colgada al cuello ha sido su máxima satisfacción y máximo logro, “no importa el nivel, personalmente diría que el oro en CODICADER San José 2009 podría ser un momento tremendamente satisfactorio a esa edad; o la plata ganada en los Juegos Centroamericanos Managua 2017”.

Juan Carlos ha representado a El Salvador con mucho orgullo y considera que vestir la camiseta de su país junto a sus compañeros ha sido los momentos más satisfactorios en su carrera deportiva “enfrentarnos juntos a equipos fuertes de la región centroamericana, buscando colorear la medalla de color oro ha sido de mis logros más grandes y pensar en representar a mi país  a nivel continental en la región NORCECA, ante países de larga trayectoria es una de mis aspiraciones, hacerles un buen juego”.

Al preguntarle si existe algún momento que definió su trayectoria deportiva, responde “Juan Andrés León me enseñó dos frases en contextos diferentes que son las que han marcado mi vida, mi manera de ver el deporte y como comprometerme para con mi equipo. Y es que cuando comenzaba a ser armador, me dijo – Juanito, no hay atacantes malos, solo armadores malos -; esa frase me cayó como un balde de agua fría, me dio una filosofía de cómo ver el voleibol, en donde mi papel como pasador es responsabilidad mía para servirle a mi equipo y saber usar las fortalezas de los atacantes para sacar un resultado”.

Y la segunda frase de Juan Andrés fue dos años después, “nos dijo al equipo mientras entrenábamos, – no hay armadores malos, solo atacantes malos – era justo lo contrario que me había dicho personalmente. Eso terminó de crear la filosofía como yo veo el desempeño en el voleibol, que no importa qué papel tenga en un equipo, sentiría que no es el otro el que hace mal trabajo y eso no limita mi desempeño, sino que todo lo contrario, pensar siempre que no importa cuál sea el contexto, siempre sentiría yo la necesidad de hacer la diferencia. No importa cuál sea la posición que esté desarrollando en cada momento, no hay excusas para que yo no me sienta comprometido a darlo todo, sin quejas ni explicaciones. Considero que, si seis personas en cancha sienten esa responsabilidad según nuestro rol, punto a punto funcionan como una máquina eficiente”.

También no puede dejar de mencionar un momento que fue difícil de superar, “hasta los 25 años nunca había sufrido alguna lesión, de hecho tengo hiperelásticidad en las articulaciones por lo que soy poco propenso a sufrir lesiones; en los Juegos Centroamericanos Managua 2017, cuando nos enfrentábamos a Costa Rica en nuestro cuarto partido del torneo y estando en el match-point a favor, disputábamos un combativo cuarto set sobre la red, estando yo en el bloqueo, un rematador de Costa Rica saltó pasándose a nuestro lado de la cancha y yo caí sobre él lesionándome la rodilla y el tobillo”.

En ese momento Juan Carlos no pudo valerse de sí mismo para levantarse, sacándolo de la competencia, “fue una sensación muy difícil y me enseñó a confiar todavía más en mi equipo puesto que tuvimos la satisfacción de ganar ese partido y asegurar una medalla; pude comprobar que todos somos importantes en un equipo de voleibol, tanto dentro y fuera de la cancha, recibí un gran apoyo de mis compañeros, del cuerpo técnico y de muchos compatriotas. Anduve en silla de ruedas luego de la lesión, el equipo siempre se movía conmigo como que nunca hubiera pasado nada, me ayudaron y apoyaron para moverme, por lo que puedo decir que somos una familia. Recibí la medalla de plata apoyado sobre los hombros de dos de mis compañeros, ese momento de felicidad valió todos los dolores pasados y complicaciones”.

A sus 28 años, le quedan varios años activos en el voleibol nacional por lo que no puede responder que hará cuando se retire, “tal vez si me preguntan dentro de cuatro años podré responder” dice con certeza.

Lo que si puede asegurar, es que continuará activo en el voleibol y en otros deportes de forma recreativa, desea regresar al Judo y al Frontón, un deporte que ya practica de forma esporádica. “Intentaré continuar activo en la liga nacional de voleibol, espero nunca dejar de practicar voleibol, o no está en mis planes mientras mi cuerpo lo soporte” agregó.

Al hablar de otros jugadores, Juan Carlos admira a dos personas a nivel nacional, “Carlos Amaya “El Gato” y Rodrigo Chávez, ambos fueron capitanes de mi selección. Admiré al Gato por su gran habilidad de ataque y su carácter en partidos difíciles, y a pesar de su carácter complicado, sabía guiar al equipo dentro de la cancha. Y Rodrigo que es de mis amigos más cercanos, lo conozco desde que comencé en este deporte en nuestra época estudiantil; siempre ha sido un estandarte para el voleibol de El Salvador cuando se pone la camiseta, y ha sido mi capitán en muchísimas ocasiones, destaca en la cancha por su técnica, explosividad y carácter”.

A nivel internacional también tiene dos jugadores a quien admira, una bastante obvia para cualquier voleibolista, Giba, “lo conocí porque el primer partido internacional de voleibol que vi en mi vida (en video), fue al equipo de Brasil cuando ganaron unos Juegos Olímpicos y quedé impactado de cómo un jugador podía llegar a ser tan imponente en un partido”. El otro es Saeid Marouf, el acomodador de la selección de Irán,  “su talento para jugar su posición, su astucia, sus esporádicas pero certeras jugadas ofensivas y el temple con el que se planta en la cancha, sin perder la calma, siempre sereno y mente fría, es lo que más admiro”.

Rápidamente agrega una mención especial para Adriana Flores, una voleibolista salvadoreña que ha sido capitana y pieza clave para la selección de voleibol de sala en los últimos 10 años y quien tiene la dicha de llamar su novia desde hace ya 10 años, “Adriana es tenaz, en los partidos difíciles no pierde la compostura, su manera de apoyar a sus compañeras, y por supuesto, su desempeño traducido en acciones positivas en los juegos siempre ha sido destacable y algo que admiro mucho”.

Juan Carlos se expresa de Centroamérica como un solo territorio y en estos momentos de crisis dice, “nuestra cultura compartida y tan mezclada, que aunque nos separan límites legales podríamos sentir a veces que todos los países centroamericanos somos parte de un solo territorio; este precioso istmo continental tan golpeado por la historia que se ha sabido levantar de tantas adversidades. Estamos pasando una etapa curiosa de verdadera atención, hemos parado actividades deportivas de un día para otro, guardarnos en casa y cuidarnos. Por semanas y semanas hemos acumulado las ganas de tocar un balón y pisar la cancha como periódicamente hacíamos con anterioridad. Pacientemente hemos esperado el momento de regresar a ver a nuestros compañeros, entrenar y asistir a competencias. Ocupemos de manera diferente el tiempo en casa, trabajemos nuestra mente y cuerpo, esperemos un poco más y regresaremos siendo mejores a la cancha”.

Cerramos esta entretenida entrevista con los agradecimientos especiales por parte de Juan Carlos, “primero a mi familia, que siempre me ha apoyado desde el primer día; a mi novia Adriana con quien hemos compartido la vida deportiva y amorosa por tantos años apoyándonos. A todos mis entrenadores que siempre se han visto interesados en mi desarrollo deportivo y moral. Y a todos los jugadores con los que he jugado y entrenado, con los que se han construido amistades y que sobrepasan los límites del tiempo del entreno”.

Hoja de Vida Deportiva Juan Carlos Vargas Claros

Torneos y medallas:

  • 2009 – Juegos estudiantiles CODICADER – San José, Costa Rica. Medalla de Oro.
  • 2009 – Juegos Estudiantes JEDECAC – Puebla, México. Medalla de Bronce.
  • 2009 – Campeonato Centroamericano Juvenil Masculino de Voleibol de Sala, Ciudad de Guatemala, Guatemala. Medalla de Bronce.
  • 2010 – Juegos Centroamericanos, Ciudad de Panamá, Panamá.
  • 2012 – Campeonato Sub-23 Masculino. Tegucigalpa, Honduras. 
  • 2013 – Campeonato Centroamericano Mayor Masculino de Voleibol de Sala. Guatemala, Guatemala.
  • 2013 - Segunda Ronda Clasificatoria para Mundial de Polonia 2014, Santa Lucía. Medalla de Bronce. 
  • 2013 – Juegos Centroamericanos, Costa Rica.
  • 2013 – Juegos Centroamericanos Universitarios ADUSAL. Tegucigalpa, Honduras.
  • 2014 – Campeonato Centroamericano Mayor Masculino de Voleibol de Sala. Tegucigalpa, Honduras. 
  • 2015 – Juegos Centroamericanos Universitarios ADUSAL, Ciudad de Panamá, Panamá. Medalla de Bronce.
  • 2016 – Juegos Universitarios Centroamericanos y del Caribe JUDUCA. Tegucigalpa, Honduras. 
  • 2016 - Campeonato Centroamericano Mayor Masculino de Voleibol de Sala, Ciudad de Belice, Belice.
  • 2017 – Juegos Centroamericanos, Managua, Nicaragua. Medalla de Plata.
  • 2018 – Campeonato Centroamericano Mayor Masculino de Voleibol de Sala. San Salvador, El Salvador. Medalla de Bronce.

 Cursos recibidos:

08 Julio 2016- 12 Julio 2016 - Curso de Entrenadores de Voleibol FIVB Nivel 1. Federación Salvadoreña de Voleibol. Impartido por Prof. Pérez Vento. 


Fuente: AFECAVOL
Publicado por: AFECAVOL
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